17 de noviembre de 2011

El éxodo norteamericano


éxodo.(Del lat. exŏdus, y este del gr.ἔξοδος, salida).1. m. Emigración de un pueblo o de una muchedumbre de personas.


La Real Academia Española define así el término "éxodo", muy apropiado para referirse a la situación actual de la mejor liga de baloncesto del mundo, y una de las competiciones deportivas con más tirón del planeta. La descertificación o disolución de la NBPA (sindicato de jugadores) y la decisión de llevar el conflicto a los juzgados norteamericanos hacen más que probable que el cierre patronal perdure, al menos, hasta enero. Siendo muy, muy optimistas.


Dejando a un lado las luchas judiciales y los líos de toga, que se alejan del periodismo deportivo para entrar de lleno en el campo del derecho, los jugadores de la NBA, como es bien conocido, no han disputado un partido oficial en los 140 días que llevamos de cierre (excepto los partidos de sus selecciones). Muchos llevan sin hacerlo seis meses, desde el fin de la fase regular de la pasada temporada. Mucho tiempo. Demasiado para un colectivo que está acostumbrado a jugar tres o cuatro partidos a la semana, y pueden sufrir una grave carencia de tensión competitiva. Dedican su tiempo a entrenar en los pabellones que alquilan por grupos, pues los equipos no les permiten la entrada a sus instalaciones. Como un grupo de colegas, se reúnen en Los Ángeles, Nueva York o cualquier otra ciudad del extenso territorio norteamericano, tiran a canasta, pachanga, ducha y a casa.

Pero no sólo sufre la forma física de las estrellas del baloncesto. También, y de manera considerable, su bolsillo. Kobe Bryant dejó de ingresar más de un millón de dólares este mes de octubre, y Dirk Nowitzki, casi 800.000. Si bien, estos fuera de serie no son los que peor lo están pasando. Jugadores de la clase media, media-baja (sí, hay clases también en la NBA), han tenido que apretarse el cinturón para poder llegar a fin de mes sin recibir los ingresos mensuales de sus equipos. Delonte West (Boston Celtics) se ha puesto a trabajar en una fábrica de muebles, y Donte Greene (Sacramento Kings) ha vuelto a vivir con su madre para reducir gastos. Estos son dos ejemplos, quizás los más visibles y sorprendentes (aunque cada vez sorprende menos lo que ocurra con la fauna de la NBA), pero hay decenas de jugadores que están sufriendo. La lógica obliga a pensar que su situación no debe ser preocupante, siendo personas con elevados sueldos en comparación con el pueblo llano. Pero, deteniéndose a analizar cómo tratan los ingresos unos jóvenes, famosos y, en muchas ocasiones, cortos de miras, jugadores de baloncesto, esta situación no sorprende tanto. Y más teniendo en cuenta que, una vez terminada su carrera, un 60% de los NBA caen en la bancarrota. Como ejemplo, Scottie Pippen, que terminó con una deuda de 100 millones de dólares; o Doctor J, que se vio en la tesitura de vender su anillo de campeón para tapar sus agujeros.


Por si fuera poco, estamos en una temporada preolímpica, y todos los "cracks" quieren entrar en el USA Basketball y estar en Londres 2012. Sin una liga en Estados Unidos, sin partidos y sin poder demostrar su valía, muchos jugadores buscarán un sitio, casi cualquiera, para brillar, y demostrar a Jeery Colangelo que merecen una billete a la capital londinense, donde pretenden revalidar su medalla de oro (aquella que España estuvo tan cerca de ganar).


Por lo tanto, es totalmente previsible que muchos, quizá la mayoría, de los jugadores NBA busquen cobijo mientras dura este "invierno nuclear" (en palabras de Stern). Y Europa es el lugar más apetecible para aterrizar, ya que China (que prometía captar a las estrellas) ha vetado la entrada de jugadores NBA en su liga. Los que antes han decidido hacer las maletas y cruzar el charco son los europeos. Los casos de Tony Parker y el Asvel francés (equipo del que es, en parte, propietario), Kirilenko y su regreso al CSKA de Moscú o el mismo Rudy y su recalada en el Real Madrid son, tan sólo, una muestra de este movimiento. Poco a poco, y viendo que esto del lockout va para largo, un constante goteo de jugadores han firmado con clubes europeos: Serge Ibaka (Real Madrid), Seraphin (Caja Laboral), Danilo Gallinari (Armani Milán), Nicolas Batum (Nancy), .... y así un largo etcétera de NBAs que han venido a hacer las "europas". Por supuesto, la mayoría han añadido una clausula en su contrato por la cual regresarían a su equipo NBA una vez se solucione el conflicto patronal-jugadores. Aunque también es cierto que en el entorno de ciertos jugadores se ha venido especulando con que se puedan quedar aunque comience la competición americana, pues están muy a gusto en sus clubes europeos. Las últimas noticias llegan desde el Valencia Basket, que ha contratado a Tiago Splitter, uno de los jugadores interiores más dominantes de la última década (en las filas del Tau).


Muchos, sin embargo, no han querido volver a jugar hasta que no se solucione el lockout. Jose Manuel Calderón y los hermanos Gasol, concretamente, se mantienen al margen, expectantes. El base de Villanueva de la Serena ha confesado que ha recibido ofertas, pero que prefiere esperar. Marc y Pau y el Barça Regal se confiesan amor eterno. Y por la capital de España aseguran la existencia de contactos de Florentino para atar a Supermán Howard y a Aldridge, excompañero y buen amigo de Rudy y Sergio Rodríguez. Durant es otro que está haciendo correr ríos de tinta, al dejarse querer por varios equipos del viejo continente. E incluso el Bizkaia Bilbao Basket se ha querido sumar a la lotería, por si le toca el reintegro, al tratar de traerse a Luol Deng (Chicago Bulls) a Miribilla.


Por lo tanto, todo hace creer que nos encontramos ante un auténtico éxodo de jugadores, que ya está teniendo consecuencias en las competiciones europeas. Batum y Kirilenko se están saliendo en sus respectivos equipos (líderes en valoración y anotación) en Euroliga, y lo mismo se puede decir de Parker en Eurocup: primer partido y primer MVP para el base, que hizo 34 para 40 de valoración frente al Valencia Basket. Más espectáculo para los aficionados y más potencial para los equipos (los que puedan pagalo). Se abre aquí el debate. Los que hayan viajado al viejo continente ocuparán un lugar en las plantillas, desplazando a jugadores nacionales. Si se llega a una solución en EEUU, estos equipos europeos se quedarán sin los jugadores más determinantes cuando más se necesitan (fases finales, allá por los meses de mayo y junio), y toda la gestión deportiva se vendrá abajo. Y por último, aumentará la diferencia entre los que tienen dinero y pueden fichar NBAs, y los que no, y han de conformarse con lo que tienen, llevando a grandes diferencias y desequilibrio en las competiciones.


Lo que es indudable es que todos y cada uno de los aficionados al baloncesto, y al deporte en general, están deseando ver en acción a los mejores jugadores del planeta. Pero, ¿mejor en Europa o en Estados Unidos?